Por allá de 1998 fue a mi alma mater el entonces presidente de México, Ernesto Zedillo. Una de las impresiones que compartió el amigo de un amigo cuando éste estrechó la mano del presidente durante su paso a través de la multitud era que "tenía las manos suavecitas".
La verdad es que si saludas a una gente "normal", de esas que trabajamos unas 48 horas a la semana, notarán que no tenemos las manos suavecitas. Esto pasa porque el que trabaja, normalmente se vale de sus manos.
Pero, ¿Cómo va a tener las manos toscas una persona que nuca trabaja? (Entiéndase un político). Arriba se reproduce una tabla publicada por la revista Eme Equis donde se mira cómo algunos políticos de los llamados "chapulines" se han pasado toda su vida saltando de un puesto público a otro.
La Frase del Día: "(...)Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma"-La Biblia, en Segunda a los Tesalonicenses 3: 10.
Para el que no lo Sepa: Noventa por ciento de los próximos 200 diputados y 32 senadores repetirán cargo.
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