Es de todos sabido que una lengua viva es una lengua cambiante. Por lo tanto no me había
costado adaptarme a NUEVAS PALABRAS que he visto aparecer a lo largo de mi vida, como Internet y todas las relacionadas al ciberespacio.
Pero cuando me cambian las reglas ortográficas que daba yo por hecho desde mi niñez, entonces sí que me descontrolan y hasta me enfado pues uno va por la vida intentando escribir de acuerdo a las reglas de ortografía y un día, un cabrón de la RAE se toma una botella de vino malo y me echa todo abajo. Pues bien, eso fue precisamente lo que hizo la RAE el mes pasado y ahora hay que adaptarse a las nuevas reglas ortográficas.
En fin... después de todo, hace unos 500 años ni conocíamos el castellano y otras eran las lenguas que en América se hablaban. Me llama mucho la atención cómo el náhuatl se encontró con el castellano y nuestros tlacuilos (o escribanos) aprendieron a escribir en castellano e hicieron frente a todas las dificultades de representar sonidos del náhuatl con el alfabeto castellano y también tuvieron que aprender a expresar sus códices ya no como pictogramas sino acompañarlos con letras.
Les dejo unas láminas de cómo ha cambiado el castellano a lo largo de los años en coloniales. La verdad es que sin la traducción de al lado no se les entendería ni papa. Tomado de la revista Arqueología Mexicana Vol. XII Número 70.
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