A la entrada de la zona arqueológica de El Tajín se encuentra esta manta de protesta por el uso que se le da al Tajín y las constantes violaciones a las leyes de monumentos que deben regir a estas zonas arqueológicas y el INAH, que debería ser el primero en resguardar el patrimonio cultural del país y en velar por la conservación y realce de nuestros monumentos históricos, es el que más se presta para el juego.
Así pues, lo mismo vemos puestos de venta de bebidas alcohólicas dentro de Chichén Itzá, que también miramos a cualquier cantidad de personas usándolo como telón para cualquier concierto. En el Tajín se tienen preciosas pinturas prehispánicas apenas protegidas con un mugroso techo de palmera, que la famosa Cumbre Tajín donde se comercializa todo.
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