Se dice que el pueblo de los mexicas venían de un lejano lugar al norte llamado Aztlán y lo dejaron para comenzar un camino incierto; tenían órdenes de su Dios Huitzilopochtli de ir en búsqueda de un lugar para fundar una nueva ciudad. En el lugar donde vieran a un águila parada sobre un nopal devorado una serpiente, es donde habrían de fundar la cuidad de Tenochtitlan, lo que hoy es la Ciudad de México.
Esta escultura ubicada a unos metros de las oficinas de la empresa donde trabajo nos recuerda esta leyenda; está hecha de hierro y tubos que le dan su toque de "industrial" pues mi empresa se encuentra ubicada en un parque industrial de Veracruz (por cierto, el único parque industrial de la ciudad) el cual se llama Ciudad Industrial Bruno Pagliai. Toma este nombre en honor a un empresario italiano.
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